
Especial para Infobae de The New York Times.
La estrategia convencional para combatir el cáncer mamario es usar todas las herramientas que la medicina moderna ofrece. La cirugía para extirpar el tumor se considera un paso de suma importancia, junto con la quimioterapia, la radiación y los tratamientos hormonales y la inmunoterapia cuando son apropiados.
Un nuevo estudio cuestiona este enfoque, ya que sugiere que la cirugía puede no ser siempre necesaria para todas las pacientes. Este estudio, un ensayo clínico en fase inicial, descubrió que un grupo cuidadosamente seleccionado de pacientes que respondieron bastante bien a la quimioterapia podía no requerir ninguna cirugía.
En el ensayo participaron 50 pacientes mayores de 40 años con dos tipos de cáncer de mama y enfermedad en fase inicial.
Todas las pacientes se sometieron a quimioterapia, seguida de biopsias para determinar si sus tumores habían respondido bien al tratamiento. Los investigadores descubrieron que 31 pacientes (alrededor del 60 por ciento) respondieron muy bien y pudieron prescindir de la cirugía.
Después, las participantes recibieron radioterapia y continuaron en remisión tras un periodo promedio de seguimiento de dos años y dos meses, explicó Henry Kuerer, investigador principal del estudio, el cual se publicó el martes en Lancet Oncology.
La eliminación de la cirugía para el cáncer de seno invasivo es “la forma máxima de terapia de conservación de la mama”, dijo.
La cirugía mamaria puede dar lugar a complicaciones como infecciones e incluso los procedimientos de conservación de la mama, como la tumorectomía, pueden cambiar su forma, dejar cicatrices o hendiduras, una sensación de tirón o un dolor nervioso duradero en la zona.
“El cáncer de mama es muy frecuente y siempre habrá personas que prefieran no operarse”, afirma Kuerer, profesor de Oncología Quirúrgica de la Mama en el Centro Oncológico MD Anderson de la Universidad de Texas en Houston.
Algunas pacientes prefieren la cirugía radical aunque no mejore la supervivencia, señaló, mientras que para otras incluso una intervención menor a fin de extirpar el tumor puede ser emocionalmente extenuante, aun cuando salga bien.
Este ensayo forma parte de un enfoque del tratamiento del cáncer denominado desescalada: un esfuerzo por individualizar el tratamiento a un subtipo específico de la enfermedad, a fin de lograr los mismos resultados con menos tratamiento y menos intervenciones.
Algunas mujeres con cáncer de mama pueden renunciar a la quimioterapia si las pruebas genéticas determinan que no será útil y hay otros fármacos disponibles, lo que les evita efectos secundarios a corto plazo y complicaciones a largo plazo; algunos pacientes con cáncer de pulmón también pueden renunciar a la quimioterapia. La tumorectomía conservadora de la mama en lugar de la mastectomía también forma parte de la desescalada, al igual que renunciar a la cirugía por completo, como en este ensayo. En otro ensayo clínico, Kuerer también analiza si la radiación siempre es necesaria.
“Lo que en verdad valoro del estudio es que toma el siguiente paso y hace una pregunta audaz: ¿cómo podemos aprovechar todos los avances que se han producido en el tratamiento del cáncer, para crear tratamientos más específicos y adaptados a cada paciente, con la finalidad de reducir el número y el tipo de intervenciones que deben llevarse a cabo en cada caso?”, comentó Karen Knudsen, directora ejecutiva de la Sociedad Estadunidense de Cáncer.
“Preguntarnos si podemos reducir la cirugía es una próxima consideración razonable para el futuro de la atención del cáncer”, agregó.
Pamela Romero, quien participó en el ensayo y fue considerada elegible para omitir la cirugía, había ido desde su casa en Nueva Iberia, Luisiana, al MD Anderson en 2018 para obtener una segunda opinión poco después de descubrir un pequeño bulto cerca de su esternón. Su tumor era HER2-positivo y del tamaño de una uva.
(Un tumor HER2-positivo contiene células con receptores para el factor de crecimiento epidérmico humano 2. En el ensayo, solo se incluyeron a las mujeres con tumores HER2-positivos y tumores triplemente negativos, que contienen células que carecen de receptores que respondan a los estrógenos, la progesterona y el factor de crecimiento epidérmico humano 2).
“El médico me preguntó: ‘¿Qué opina de la cirugía?’ y le contesté que me daba miedo”, recordó Romero, de 66 años, en una entrevista. “Le dije: ‘Si puedo librarme del cáncer sin operarme, estoy a favor’”.
Nunca se había operado antes y no quería que la anestesiaran ni pasar por el bisturí.
Romero relató que después de cuatro infusiones de quimioterapia, el médico le dijo que el tumor se había reducido en un 85 por ciento y que si lo deseaba podía optar por no operarse. Tras dos tratamientos más, había terminado el régimen.
Romero se sometió a radioterapia e inmunoterapia y hace poco celebró el tercer aniversario de haber completado el tratamiento, sin signos de la enfermedad.
Aunque el régimen sin cirugía parece haber tenido éxito hasta ahora, el ensayo incluyó solo un pequeño número de mujeres seleccionadas con mucho cuidado, a las que se dio seguimiento durante un periodo promedio de 26 meses.
Es un periodo de tiempo significativo, en particular para los tipos específicos de cáncer estudiados, que tienden a reaparecer en los primeros años. Aun así, los expertos afirman que se necesitaría un ensayo más amplio con un grupo de comparación para ver si se justifican cambios en la práctica médica.
“El panorama general es que se trata de un estudio minúsculo”, afirmó Monica Morrow, jefa de cirugía mamaria del Centro Oncológico Memorial Sloan Kettering de Nueva York. “No es en absoluto definitivo. De ninguna manera cambiará la práctica”.
Kuerer dijo que los resultados del nuevo ensayo eran prometedores, pero advirtió que la cirugía seguía siendo necesaria para la mayoría de las pacientes con cáncer de mama. “Es importante que las pacientes sepan que éste es el principio de un nuevo tipo de tratamiento para quienes pasen los filtros”, dijo.