Sídney (Australia), 9 dic (EFE).- Nueva Zelanda conmemoró este miércoles el primer aniversario de la erupción del volcán Whakaari, que dejó 22 muertos entre trabajadores y turistas, con una ceremonia emotiva en la que las expresiones tradicionales maoríes tuvieron que ser reducidas por las medidas contra la covid-19.
Al amanecer, un centenar de personas se congregó en la localidad de Whakatane, frente a la isla en donde se encuentra en volcán, también conocido como White Island, para rendir tributo a las víctimas en una ceremonia íntima.
Frente al mar se realizó una karakia, ceremonia tradicional en el que se recitan especies de mantras y plegarias para invocar a los espíritus, así como se entonaron waiatas, las canciones maoríes, informa la emisora Radio New Zealand.
Por la tarde se realizó un acto público en un local de reunión maorí o Mataatua Marae, en el que la primera ministra, Jacinda Ardern, recordó el “devastador” incidente, al tiempo que agradeció a las personas que ayudaron en el rescate.
En ese acto, rodeado de símbolos maoríes, abundaron los cánticos y las lágrimas, así como los mensajes grabados de los familiares de las víctimas que se encuentran fuera de Nueva Zelanda.
El 9 de diciembre de 2019 el Whakaari entró en erupción sin aparente previo aviso y mientras decenas de turistas y trabajadores del sector se encontraban en la isla, algunos incluso cerca del cráter.
Muchas de las víctimas sufrieron terribles quemaduras, internas y externas, y fueron trasladas de urgencia a hospitales.
La ministra de Exteriores de Australia, Marise Payne, recordó a los 22 fallecidos, entre los cuales se encuentran 17 australianos.
“Quiero agradecer a los Ngati Awa, la comunidad local maorí, por acoger este acto de conmemoración en Whakatane”, agregó Payne en un comunicado.
El Whakaari es uno de los volcanes más activos y turísticos del país, entró en erupción mientras se encontraba en un estado de alerta 2 (de una escala de 5) que preveía leve actividad volcánica.
Las autoridades neozelandesas presentaron una demanda el 30 de noviembre contra diez organizaciones -algunas de ellas gubernamentales- y tres ejecutivos, sin aportar más datos, por su acción o inacción ante la erupción del volcán que desembocó en la tragedia.